Ayer, trasteando en la Red di por casualidad con este precioso exlibris de Vladimir Nabokov, el autor de Lolita.
Es de sobra conocida su afición a las mariposas -de hecho fue conservador del departamento de lepidópteros en el Museo de Zoología Comparada de la Universidad de Harvard, e incansable recolector de especímenes por todo el mundo-, de modo que no me sorprendió la elección de una de ellas como imagen para su exlibris.
Nunca se me había ocurrido preguntarme si los escritoes tenemos especial predilección por los exlibris y tampoco se me había ocurrido buscar imágenes de exlibris de escritores.
Pero sí, si hay alguno. Y, lo cierto, es que en general son curiosos de ver. Por ejemplo, me llamó la atención éste de Ernest Hemingway.
Una idílica cabaña junto a un lago, y un jinete conduciendo a un toro bajo el nombre del escritor , una pluma, un tintero y un folio.
No sé si los exlibris reflejan la personalidad de sus propietarios, y en qué modo. Pero sí resultan llamativamente diferentes, por ejemplo, el de Charles Dickens, tan serio, y el de Scott Fitzgerald, tan melancólico y festivo.
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Y en cierto modo, resulta previsible el de Jack London, aquel aventurero infatigable, que incluyó en su exlibris un lobo.
También me pareció que reflejaba bien la imagen de tenemos de su protagonista el de Sir Arthur Conan Doyle, el creador del inmortal Sherlock Holmes, y digo inmortal porque es sabido que cuando decidió darle muerte dejándolo caer en las Cataratas de Reichenbach, fue tal el aluvión de críticas y amenazas que recibió, que se vio obligado a resucitarlo.
Di, igualmente, con el exlibris de Stefan Zweig, incansable coleccionista de manuscritos y libros, muchos de ellos perdidos, expoliados, en la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Ignoro si este sello suyo salvó alguno o si, por el contrario, lo condenó a las llamas.
Y entre las sorpresas inesperadas, el que Salvador Dalí dibujó para su amigo Lorca, y que no sé si alguna vez llegaría realmente a utilizar.
Me llamaron también la atención alguno que, sin pertenecer a escritores, sí tienen su imagen, como éstos dos de Pessoa y de Baroja.
Creo que ya he contado alguna vez a mí también me gustan los exlibris, y que tengo varios - ocho o diez, tal vez alguno más- porque tengo la manía, confesable, de encargar cada año uno nuevo que me diseña algún amigo artista. El de 2014, que estrenaré la semana que viene, es éste de mi amigo Emilio González Sáinz.
(Las fotos se hacen más grandes al pulsar sobre ellas)
Me han gustado mucho. Soy bastante fetichista con el mundo del libro- igual la gente que estamos en él ( muy discretamente en mi caso) lo somos en general- y ha sido un placer verlos.
Me interesan mucho estos “breves” tuyos.
Cordial saludo.
Gracias, Alena.
Saludos también para ti.
Son curiosos algunos de ellos, muy interesante el escrito que compartimos por nuestras redes.
Un cordial saludo