Cada año encargo a algún amigo artista mi felicitación navideña: una edición limitada, numerada, para amigos, de un proyecto en el que trabajamos juntos.
Este año me encantó proponérselo (y que aceptara) a mi amiga Mónica Gutiérrez, con quien el próximo mes de junio publicaré en Kalandraka un álbum, ilustrado por ella, sobre las palabras.
Este año, todo partía de unas monedas que encontré en el mercadillo de la Plaza Mayor; reproducciones de dólares de plata estadounidenses de distintos años. Y la verdad es que verlas todas juntas daba una cierta sensación de tesoro perdido y hallado.
Lo siguiente fue encontrar una frase que diera sentido al dólar, y fue providencial dar con ésa de Scott y Zelda Fitzgerald.
Hace años escribí sobre Scott Fitzgerald, y un poco también sobre Zelda, para mi libro 44, publicado en Siruela, y quedé fascinado por aquél mundo suyo de fiestas que nunca acababan, alcohol, coches descapotables y trajes de lentejuelas.
Hace unas semanas leí Superzelda, la biografía ilustrada que acaba de publicar en España 451 editores.
Y, de nuevo, me encontré con esa vida suya, frívola y agitada; una suecesión de viajes y escalas que eran casi como huídas,casas al borde del mar y habitaciones de hotel, reproches y momentos también de felicidad extrema, y esa frase que me llamó la atención:
- No tenemos un dólar…
- Pues vámonos al cine.
A Mo le gusta trabajar con manchas y colores, y crear imágenes a partir de fotogafías. Y para El dólar de Zelda, eligió esa foto de la pareja: los dos, mundanos y elegantes; él vestido de oscuro, y ella con un abrigo que probablemente no pudieran permitirse, y un sombrero.
Pensamos en una tarjeta cuyo anverso y reverso coindiera de modo que el dólar ocupara en un lado la cara de Zelda y en el otro, la de Scott.
Así, hubo que taladrar cada cartón a mano, con un “cortacírculos ” ajustado al diámetro exacto de la moneda, lo que permite que quede en apariencia suspendida en el cartón.
El resultado es, como se ve, muy apropiado para estos tiempos de crisis y zozobras y, como dice Mo, muy rosa.
De El dólar de Zelda se ha hecho una edición de 53 ejemplares firmados y numerados.
El escritor Màrius Serra publicó un artículo en La Vanguardia sobre Zelda y su dólar, que puede leerse AQUÍ.
A todos, gracias. ¡Y feliz año!